13 junio, 2017

¿Por qué en América Latina se mata más?

RÍO DE JANEIRO — Sergio Vicente Goulard terminó desnudo sobre una camilla en el hospital, a la espera de ser reconocido. Unas horas antes, unos milicianos le dieron un tiro en la cabeza dentro de su casa. La policía todavía no sabía el móvil de su asesinato. El segundo muerto, Luiz Carlos Barbosa, fue encontrado en la calle en medio de una favela dividida entre dos grupos criminales. Lo habían ejecutado por cambiar de bando. Al tercero, Jorge Luiz Bento, lo halló su familia, sin cabeza, atado de manos, pudriéndose cerca de un riachuelo en el municipio de Nova Iguaçu. Otro fallecido, Claudeir Francisco, andaba en bicicleta cuando le dispararon. Todavía sujetaba los audífonos de su celular mientras lo lloraba su madre. Leandro Alves murió al defenderse de un asalto. Estaba con su esposa y su hijo y, cuando intentaron robarle el coche, sacó una pistola. El sexto muerto era uno de sus asesinos. El 28 de enero de 2017 nos encontramos con estos seis cadáveres en la Baixada Fluminense, el área con más homicidios del estado de Río de Janeiro. Cada víctima representaba un problema diferente para sus asesinos. Cada cuerpo, la solución. El homicidio es el crimen más extraordinario: alguien decide quitarle la vida a otra persona y, sin embargo, en América Latina –la región más violenta del mundo–, esa persona, la víctima, está destinada al olvido y el victimario, a la libertad. Los seis cuerpos hallados, lejos de las playas de Río de Janeiro, corroboraban el promedio de seis asesinatos diarios en esta zona marginal. Una muestra de lo que ocurre en América Latina, donde 400 personas acaban en la morgue cada día. Se mata tanto y a tal velocidad —cuatro personas cada quince minutos— que no nos alarman los que ya no están y con suerte los recordamos apenas un instante. América Latina concentra poco más del ocho por ciento de la población mundial, pero más de un tercio de los homicidios. Todas las regiones han disminuido sus estadísticas, pero nosotros cada vez matamos más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario